Por lo general los American Stanford no son de ladrar mucho. Sin embargo, cuando son cachorros, a veces pueden hacerlo en exceso, lo cual puede llegar a ser muy molesto.
El ladrido forma parte de la naturaleza de los perros. Para ellos es una forma que tienen de comunicarse con otros canes y con sus dueños, y también una manera de mostrar sus estados de ánimo y sus emociones.
Los motivos que pueden llevar al ladrido son innumerables. Entre los más comunes están el miedo, la frustración, el aburrimiento, el estrés, la soledad, la ansiedad, la alegría y los problemas de salud.
También pueden ser una respuesta a un estímulo externo, como la aparición de una persona u otro animal, o una forma de alertar sobre una determinada situación o de llamar la atención.
Algunos perros pueden llegar a ser muy ruidosos, haciendo que el sonido incesante se vuelva incómodo y fastidioso, tanto para nosotros como para nuestros vecinos.
En caso de que el motivo no sea un problema emocional o de salud, es importante que adiestres a tu American Stanford para evitar que se vuelva un ladrador obsesivo.
Un artículo muy recomendado para ayudarnos en esta tarea es el collar recargable de GoPetee. El mismo viene con un chip avanzado con 7 niveles de sensibilidad, que permite usar sonidos audibles y vibraciones para educar a nuestra mascota.
El producto no causa malestar ni dolor, no produce ningún shock eléctrico y es totalmente inofensivo. Sólo hay que ajustarlo en la garganta del American Stanford y el mismo dejará de ladrar cuando entienda que de esta manera puede evitar los molestos pitidos y zumbidos que se activan.
El collar viene con un cable USB, que permite recargar su batería de forma simple y sencilla, conectandola a un banco de energía, computadora portátil o adaptador de teléfono móvil.
También incluye un led de luz que facilita su visualización durante la noche, en tres posibles modos: brillo constante, parpadeo lento y parpadeo rápido, lo que puede ser muy útil para evitar potenciales peligros en la oscuridad.
Por otro lado, su pantalla digital posee botones táctiles, tanto para regular los niveles de sensibilidad como para encendido y apagado, lo que permite ahorrar energía de forma efectiva.
El collar es resistente al agua, posibilitando su uso en días de lluvia, y tiene una longitud ajustable de entre 22 y 55 centímetros, lo que lo hace apto para perros pequeños, medianos y grandes.
Además, el microprocesador está preparado para distinguir los ladridos de nuestro American Stanford de otros sonidos ambientales, activándose sólo en ese caso, al detectar la vibración de sus cuerdas vocales.
Junto con el led de luz, el cable USB y el collar, la presentación también viene con un manual de usuario y tres caparazones intercambiables en diferentes colores: negro, azul y naranja.
En definitiva, se trata de un producto muy completo que nos puede ayudar a educar a nuestro American Stanford, evitando que ladre en forma compulsiva.